martes, 29 de octubre de 2019

Transvulcania 2019 by Alejandro

Son las 0:30 del Sábado 11 de Mayo y sigo despierto, el autobús de camino al faro de Fuencaliente sale a las 04:00 y no me puedo dormir. Es mi segunda participación en la Ultra de Transvulcania y estoy más nervioso que en mi primera vez. He entrenado mucho, pero creo que no lo suficiente en montaña por motivos laborales y eso es lo que me está comiendo la cabeza. El despertador suena a las 3:00 de la madrugada y me da la sensación de que no he descansado lo suficiente. Como, me hidrato, repaso, preparo todo el material obligatorio y salgo de camino al punto de recogida de la organización. El autobús sale puntualmente y llegamos a la salida a las 4:45, momento en el que los nervios van aumentando. En el faro me encuentro con gente conocida, los Bikilamanjaro están por allí y charlo un rato con ellos. Esto me hace la espera más llevadera.


A las 5:15 abren el control de salida y la revisión de material. Nos vamos situando en la línea de salida poco a poco y el ambiente se va animando cada vez más. La salida es puntual, a las 6:00, y se produce esa serpiente de luz mágica producida por los frontales de todos los corredores. Empezamos a correr y a subir desde el minuto cero, la carrera sale desde el nivel del mar. La idea que tengo es pasar por el pueblo de Los Canarios (km 7) lo antes posible para evitar el embotellamiento que se produjo en mi anterior participación. Paso en 1h:17´:58” disfrutando de los ánimos de un pueblo volcado con la carrera.

Seguimos subiendo y vamos disfrutando del amanecer y de esas maravillosas vistas que nos proporciona la isla. Mi siguiente objetivo es intentar llegar al paso por el control del Pilar antes de las 4:00 horas de carrera (km 24,2), para intentar reunirme con Luis, mi compañero de aventuras que hacia el maratón. En la bajada hacia el Pilar empieza a molestarme el estómago y tengo una sensación de pesadez terrible. Llego al control con 4h:10´de carrera y esto me hace perder la posibilidad de correr acompañado.

Son las 10:30 de la mañana y empieza a hacer mucho calor. Desde el Pilar al Reventón se “llanea” bastante y se puede correr a buen ritmo. La sensación de pesadez del estómago va desapareciendo y empiezo a adelantar a corredores. Desde aquí nos esperan las subidas al Pico de la Nieve (Km 42,26) y al Pico de la Cruz (km 47,4). En estos avituallamientos intento hidratarme todo lo posible y protegerme del sol con bastante crema solar. El calor empieza a ser insoportable. Desde este punto al Roque de los Muchachos (km 51,8) son solo 4 kilómetros, pero tardo en hacerlos 1 hora.  Me presento en el Roque con 09h:32´:03” de carrera y con unas muy buenas sensaciones. El avituallamiento es un caos, está bajo una carpa cerrada. Hay muchísimos corredores y hace muchísimo calor. Por intentar salir de ahí lo antes posible cometí un error, no me hidraté ni comí lo suficiente. Desde aquí hasta el Puerto de Tazacorte me esperan 18 km de desnivel negativo, pero lleno de toboganes.

Empiezo a bajar bien y sigo adelantando corredores, pero a falta de 1 km para el control de la Torre del Time (Km 61,9) comienzo a sentir una sensación de calor terrible y me tengo que parar. Sigo caminando hasta el punto de control 11h:12`:46” (son las 17h:12) y busco desesperadamente a los voluntarios que te echan agua en la cabeza. Una vez que consigo refrescarme, beber y comer, salgo del punto de control y sigo dirección al Puerto de Tazacorte (Km 69,28). Los siguientes 4 kilómetros aproximadamente los hago andando, ya que sigo con una sensación terrible de calor y las piernas no me responden. En cuanto la pendiente de bajada va disminuyendo, intento empezar a correr despacito. Parece que mis piernas empiezan a reaccionar y consigo mantener un ritmo. Por fin llego a las famosas “Z” de la carrera. Este tramo es espectacular, es un kilómetro de carrera en donde se baja un gran desnivel zigzagueando y puedes ir disfrutando del paisaje y de los ánimos de los muchísimos aficionados que se sitúan en este tramo.


Por fin llego al puerto de Tazacorte (Km 69,28) con 12h:30´:25” de carrera y paso por el arco de meta del Maratón. Aquí me está esperando Luis y eso me produce un gran apoyo moral. Desde este control hasta Los llanos de Aridane (Meta Km 74,33) son 5 km de subida. El primero se llanea y te permite correr. Del km 70 al 72 se sufre ya que son rampas de gran pendiente y por fin, del Km 72 al 74 se disfruta.


Estos dos últimos kilómetros son una avenida larguísima en donde la gente te lleva en volandas con sus ánimos. Cruzo la meta emocionado, acordándome de todas las personas que me han apoyado y sobre todo, de las que me han soportado durante los meses de entrenamientos. Lloro, me rio, me abrazo con Luis, me inundan un millón de emociones. Otro año más que soy “finisher” de esta magnífica carrera. Al final he conseguido un tiempo de 13h:22´:44”, 24 minutos menos que mi primera participación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario