lunes, 2 de noviembre de 2015

Canicross de Navalcarnero 2015 (Por Franki)

Hoy la crónica la hace en primera persona un perrillo que un día apareció despistado en un parque de Toledo y que al poco tiempo tuvo la gran suerte de caer en las manos de Jesús. Un tío "tranki" al que franki le ha venido como anillo al dedo. Una gran pareja, un gran equipo.

CRÓNICA DE FRANKI.


Me llamo Franki, soy un mestizo de casi 6 años, aunque hay personas que me echan más. No sé porque lo dicen, yo me veo muy cachorrete, será por las canas de mi hocico y por mi tranquilidad.

Hace tiempo fui abandonado, pero ya no tengo que preocuparme, ahora tengo un hogar, un lecho caliente, y comida... Uhmmm comida, y muchos amigos. A muchos de ellos los veo cuando quedamos para correr y yo me pongo muy contento cuando los veo. Unos son más veloces, otros más juguetones. Yo les ladro algunas veces porque soy el mayor y porque me ponen nervioso y quiero poner un poco de orden, pero nos llevamos muy bien. Esta Yako, Cuco, Kira, Sultán, Nolito al que le falta una pata porque le atropellaron, pero aún así corre muchísimo, Shiva, Tass, Turbo, Pirata, Thea, Sultán, Otto, Neska, Jacko, Turrón, Elvis,Nika, Fuyu, Bloom, Ava, Amorak y Lia, que solo veo cuando vamos con la bici, Cobi y muchos, muchos más. Aún no me sé todos sus nombres. Unos han entrado hace poco pero yo me siento muy cómodos con ellos. Somos una gran familia. Para mí son mi gran manada de lobos aullando a la luna.

Hoy es mi debut en una carrera oficial. Estoy un poco nervioso, aunque no lo aparento.

Son las 7 de la mañana, Jesús ya está despierto, pero remoloneo un poco en mi colchoneta porque aún es muy temprano. Le escucho preparar las cosas.

¿Estará tan ansioso como yo por ver a la manada? Seguro que sí.

Me estiro y los primeros rayos de sol que se cuelan por la puerta calientan mi cuerpo.

Como sé que hoy toca un día importante me tomo un buen desayuno. Que ricas están las sardinas!!

Ahora me pongo mi arnés y ya estamos listos para partir.

Hemos quedado en un gran parking y ya empiezo a ver a mis amigos. No están todos, pero ya veo a Shiva, Tass, Damián, Pirata, Jara y Toni que nos viene apoyar.

También están, Mireya, Sandra, Yayo, Máster, Natalia e Irene

¡Qué bien!

¿Nos vamos ya?

Conmigo, en la autocaravana se vienen Shiva y Tass, pero las han metido en su cesta, yo hubiera querido que se tumbasen a mi lado. Shiva ya es veterana en esto de correr y seguro que me hubiera dado los últimos consejos, pero no sé si Tass nos hubiera dejado, es muy pequeña aún y solo quiere jugar.

Yayo y su hija Ángela están sentadas detrás, las veo que se ríen mucho y no hacen otra cosa que mirar un pequeño objeto que tienen entre sus manos.

El viaje a Navalcarnero se me ha hecho corto porque me he quedado dormido. Pero cuando llegamos veo a más miembros de la manada, está Anny (la perra de Yoli y José, que también han venido con sus hijos), Turbo y Leo con Ana y su marido José, y Duque con Alberto.

Hay un montón de perros, unos corriendo con sus compis, que raro, si aún no ha empezado la carrera. Por lo que cuenta Jesús, están calentando,¿calentar? que cosa más rara.

Algunos me ladran, pero yo no les hago caso.

Nos acercamos al punto de control y un chico me examina con un aparato el pecho, por suerte yo tengo el pelo largo porque está muy frío y le dice a Jesús que corramos un poco.

La carrera está a punto de empezar, y todos están muy nerviosos por salir. Yo espero hacerlo bien.

Por fin..., dan la salida. Yo empiezo muy fuerte, pero pronto Jesús me dice que vaya un poco más despacio. Como no controlo la distancia que es me dejo guiar por él. La verdad es que me encuentro muy fuerte, y aunque los primeros metros los hago en compañía de Pirata y Sandra, enseguida cogemos a Shiva y Tass con Máster y Yayo que van disfrutando de la carrera y se quedan con Pirata para acompañarle. También es nuevo como yo, pero le dejo que vaya más deprisa



Jesús me hace ir un poco más rápido, que bien me lo estoy pasando. Poco a poco voy adelantando a otros perros. Hay una perrita blanca que casi hace tirar a Jesús. Yo me concentro e intento que no me distraigan, sé que solo tengo que mirar hacia adelante. En algunos tramos voy con otros perros a mi lado, pero cuando he recuperado un poco vuelvo a correr. Veo que me han servido de algo los entrenamientos a los que me lleva Jesús. No todo es oler culos y lamernos. También vamos a ponernos en forma. Y eso lo agradezco en esta carrera.

Creo que queda poco para la llegada y por delante de mí veo a Turbo corriendo con Ana, pero van muy rápido para mí. Jesús me anima constantemente y eso hace que vaya más veloz.


Por fin llegamos a meta, creo que lo he dado todo y estoy muy contento. Jesús me abraza y me dice cosas bonitas al oído.

Por delante de mí, han quedado: Duque con Alberto (creo que han sido los 5º), la pequeña Jara con Natalia, y Damian que ha corrido con Irene y Turbo con Ana.

Poco a poco van llegando mis otros amigos.

Que revuelo en la meta, estoy cansado, de buena gana me metía en un charco.

Me reúno con la manada, todos están satisfechos y parece que para Shiva no ha tenido suficiente que ahora va a correr otra vez. Yo no podría dar un paso más.

Ahora les toca correr a la pequeña Tass con Yayo, Shiva con Ángela, Anny que va con Yoli y su hijo Iván y Turbo y Leo con Ana.

Yo me quedo con el resto de la manada reponiendo fuerzas. Jesús me da un trozo de manzana, pero me sabe a poco. De buena gana me comía un tazón entero.

Reconozco a Tamara, Ruth y Yoli en un puesto, y me hacen cariricias, me encanta que me toquen, sobre todo detrás de las orejas.

Vamos a dar la bienvenida a los que han terminado de correr. Que contentos se les ve. Seguro que están tan orgullosos como yo de hacerlo bien con sus compis humanos.

¿Pero vamos..? ¿Que nos espera la comilona? He olido cosas ricas que han traído y espero que me toque algo. Pero aún nos queda posar para las fotos. Como soy muy presumido, me encanta que me saquen y que me digan cosas bonitas.

Que rabia, Jesús me ha atado a la puerta de la autocaravana y se están comiendo todo. El sueño me vence y mis parpados desean cerrarse pero no me puedo resistir a tomar un bocado de eso tan rico que no paran de comer. Y por fin llega mi recompensa un buen trozo de tortilla que Jesús me da.

Nos montamos de nuevo en el coche y yo como estoy muy cansado enseguida me quedo dormido. De vez en cuando abro los ojos, pero estoy deseando llegar a mi colchoneta, dar un par de vueltas como si quisiera atrapar mi propio rabo y enroscarme, apoyar mi cabeza y sumergirme en un bello sueño.



Ha sido un día genial, con mis compis de manada. Deseando verlos de nuevo.

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