martes, 28 de mayo de 2013

Carrera del Corpus 2013 (por Santiago Mata)

Crónica de la carrera del Corpus
(fotos obtenidas del blog atletismotoledano.blogspot.com)

Aunque un poco tarde, finalmente he podido sacar un rato parta escribir una pequeña crónica de las aventuras y desventuras de unos pocos “mushers” toledanos que, esta vez sin la compañía de sus perros, se enfrentaron a las duras pendientes del casco histórico de Toledo en una nueva edición de la Carrera Corpus Christi, y van 14.

Siguiendo el lema que dice aquello de “a quien madruga Dios le ayuda”, y también por la incertidumbre que siempre genera tener que aparcar en el casco histórico de Toledo, a las nueve en punto estaba recogiendo el dorsal en la carpa instalada al efecto en la plaza del Ayuntamiento. A esa hora había poca gente, vamos casi nadie, pero ya se empezaba a respirar el ambiente de la carrera, con los organizadores acarreando vallas, montando mesas, preparando bebidas, etc.

Poco después me reuní con Luis Juzgado, Antonio Fernández (padre) y Antonio Fernández (hijo), que junto conmigo constituíamos el 100% de las fuerzas vivas del Club de Mushing Toledo presentes en la carrera, ya que la mayoría de nuestros compañeros se habían decidido por afrontar la experiencia de correr la Monttrail en Los Yébenes que se celebraba ese mismo día.

Poco a poco iba transcurriendo la mañana, entre charlas con otros corredores, calentamientos, estiramientos y esas cosas que se suelen hacer para matar el tiempo. Al final, fuimos acercándonos a la línea de salida con dos objetivos claros: lucir por Toledo la camiseta de nuestro club y disfrutar de la sensación de correr por las estrechas callejuelas de nuestra ciudad, que ya empezaban a estar engalanadas para las próximas fiestas. Allí, en la línea de salida, tuve la suerte de encontrarme con Lola, que ahora entrena con asiduidad y está pensando en afrontar a corto plazo una media maratón, lo que me animó a intentar ese mismo reto. A ver si algún día me lo tomo en serio y lo acabo haciendo.

Bueno, pues en eso estábamos cuando casi sin darnos cuenta se dio la salida, y como siempre, con la emoción de la salida multitudinaria, empecé a un ritmo muy superior al que debía (si es que no aprendo) y al llegar a la plaza Mayor ya llevaba dos palmos de lengua, pero el mal estaba hecho, así que apreté los dientes e intenté mantener el tipo hasta Zocodover, fin de la primera subida. Por cierto, al doblar por las Cuatro Calles, iba sin resuello con la vista fija en el suelo, cuando me pareció ver de reojo a Flax, señal inequívoca de que Miriam y David estaban allí animando.

En un momento determinado oí como unos corredores que venían adelantando a toda velocidad, sin intermitentes ni nada, al llegar a mi altura gritaban “Ánimo Mushing Toledo”. Eran los chicos de Atletismo Polán, amigos de nuestro Presi, con quienes entre bocanadas de aire tuve ocasión de intercambiar saludos, aunque poco después, al llegar otra cuesta aceleraron y les perdí la pista.

Así iba transcurriendo la prueba cuando de pronto me di cuenta que me acercaba a la temible cuesta del Calvario, también conocida como el sacacorchos, pero este año la subí sin gran dificultad, enfilando por el Paseo del Tránsito, donde grandes grupos de turistas japoneses nos miraban extrañados, seguramente pensando aquello de “están locos estos romanos”.


Al enfilar la curva que da acceso a la cuesta que lleva hasta la Diputación oí un grito de ánimo, y al volver la cabeza vi a Silvia entre el público, que este año decidió no participar para dar opción a otra corredoras a subir al pódium, que tampoco es cuestión de acaparar los premios de todas las ediciones. Bueno, pues fue precisamente esta cuesta la que se me atragantó y me hizo pagar el exceso de ritmo del inicio de carrera, pero sabiendo que era la última (o casi), decidí sufrirla en silencio y apretar hasta el final que ya sabía próximo.

De este modo llegué al Arco de Palacio, donde nuevamente David y Miriam estaban animando y pude enfilar la recta de meta a donde llegué con una marca de 27’16”, dos minutos menos que el año anterior. Poco después llegó a meta Antonio Fernández (padre), quien había hecho una carrera espectacular y marcó un tiempo por debajo de los 30’.


Luis Juzgado, con muchos problemas respiratorios por culpa de la alergia, y Antonio Fernandez también completaron una buena carrera.

Y de este modo, con los objetivos cumplidos y habiendo disfrutado una vez más de esta carrera tan corta, pero tan intensa, nos retiramos a descansar acordándonos que a esas horas nuestros compañeros de club estarían seguramente acercándose a algún molino de viento por los Montes de Toledo

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