domingo, 25 de marzo de 2012

Canicross Chiloeches 2012: Esa Petri... Cómo Mola!!

CRÓNICA DE PETRI (DEBUTANTE Y SUPERWOMAN)


¿Quién me mandaría a mí? Eso es lo que se me pasaba por la cabeza la primera vez que sonó  el despertador a las 6 de la mañana:   - ¡5 minutos más por favor!

Encima hoy es el famoso día en el que hay que adelantar la hora, las 2 son las 3, una hora menos de sueño y una semana arrastrando cansancio, pero nosotros a los de Mushing Toledo, no nos frena ni el cansancio, ni la hora menos.

Llegamos a Chiloeches en caravana desde Toledo, si vamos a sufrir, mejor hacerlo en equipo.
A las 9.30h ya teníamos los dorsales y los perros habían pasado el control veterinario, ¡ya se sentía el ambiente de carrera!

Mientras nos vestimos de romanos, y el Master me da una envidia tremenda tomándose un hojaldrito y un café cortesía de Noelia y Fernando,  Víctor me da consejos sobre la salida, es una carrera de 10km, más de lo que hago habitualmente y me recomienda conservar en fuerzas en la salida para poder acabarla.

Nos vamos hacia la salida, hay que estar en la reunión de carrera y es en este momento cuando agradezco que esté Antonio ya que con los nervios no sé si podría llevar a Amorak hasta la línea de salida.

Después de la amenización en la reunión de carrera, con un sonoro concierto ofrecido por todos los canes participantes, y tras un gesto de cabeza de Víctor nos situamos dentro del recinto de salida, el presi, ya experto en estas lides, me aconseja colocarme en un lateral, así consigo tener controlado a Amorak y tranquilizarme un poquito. ¡Qué nervios! Creo que no voy a poder correr, me tiemblan las piernas y el ladrido al unísono es ensordecedor, no puedo oír ni mis pensamientos, ¡ufff me quiero ir a casa!


- ¡¡Cuatro, tres, dos, unoooooo!! Empieza la carrera, y al principio me quedo quieta, esperando a que pase la marabunta, salimos corriendo y sujetando la línea de tiro, ¡vaya! con la velocidad que lleva Amorak y tengo que frenarle. Por fin llegamos a la marca verde, ¡línea de tiro suelta! ¡Oh, oh! Empieza la cuesta abajo, ¡nooooo! Es imposible sujetar a Amorak y correr, tengo que sujetarle del collar si no quiero pegar con el culo en el suelo. ¡Jope! No llevamos ni un kilómetro y ya estoy agotada, bueno, ahora a correr se ha dicho, ¡me quiero ir a mi casa!

¡Ala Amorak vamos a ello, que no se diga! Al ratito nos encontramos con Jacko y Víctor, según nos contó luego, Jacko paró a dejar huella en el camino un par de veces durante la carrera, y otra antes. Prefiero no esperarle, que luego me pilla en un ratín.

Primera cuesta “cojonuda”, una rampa de barro que hay que subir, ¡y nosotros sin las cuerdas de escalada! Menos mal que Amorak tira de mí. Busco a Víctor y Jacko, ¡qué bien, no voy sola! Al rato oí una voz que decía: – ¡Jackooooooo!

Salimos del camino y nos metemos en una pista, solo llevamos  2 kilómetros y ya tengo indicios del temido….flato, ¡ufff, me quiero dar la vuelta! La pista se vuelve un poquito más pina según avanzamos, tanto que otros corredores que llevo delante dejan de correr y empiezan a andar. Recordé los consejos del principio, y les imité, todavía quedaba mucha carrera. Por fin llegamos al pico de la cuesta, y el panorama no era mucho más alentador, ya que empieza  un camino entre “xardones” (como dicen en mi tierra) y  se empieza a notar el calor. Amorak va  buscando la tierra más blanda del camino y sombreada.

Por fin llegamos al indicador de 4kms, y avanzando un poquito más, creo ver a El Master y Shiva, ¡qué raro! ¡algo ha pasado! No está solo, le acompañan Fernando y Otto. A partir del avituallamiento, 5 kms, ¡por fin es cuesta abajo! Una pista ancha, entre los pinos, si no estuviera intentando respirar sería hasta bonito. El Master me pregunta: - Niña, ¿Cómo vas?, si hubiera podido contestarle le diría, - Ahogada, cansada, asfixiada, agotada pero solo me salió, - Mal.






A mitad de la bajada hay una fuente, aprovechamos a juntarnos los de Mushing Toledo, los tres que quemos, Antonio, Víctor y yo, porque de Fernando no quedaba ni rastrito, ha volado.

Hemos hecho los últimos kilómetros juntos, mientras, el dueño de Kenya le da palique al Master e intenta distraer a Jacko con sucias artimañas, ¡Qué pillín! En el último kilómetro apreta riñones y desaparece.


Ver el cartel de 9 kilómetros es un alivio, ¡lo he conseguido! Solo queda la puñetera cuesta del principio, antes de bajada, ahora…… de subida, casi muero en el intento, por mí hubiera terminado la carrera en ese momento, los gritos de ánimo fueron el pequeño empujón para entrar corriendo en la meta, ¡gracias chicos!.


Todo el sufrimiento realmente se compensa con la satisfacción de terminar la carrera.

Eso sí, un día más ganó Nerea con Lurra, ¡esta chica es una máquina!






Completamos el día con unos huevos fritos con chorizo y panceta, con nuestros perrines y con muy buena compañía ¿Qué mejor manera de pasar un domingo?
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ENHORABUENA PETRI, ENHORABUENA EQUIPO!!!  (Esto lo digo yo, "er presi")

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