miércoles, 9 de septiembre de 2015

CRÓNICA “LOS GUERREROS DE GREDOS” 5/9/15 (por Marisulti)


CAPÍTULO 1: CÓMO SE CREÓ LA FORMACIÓN

Cuenta la leyenda que un día se formó un equipo de locos, perdón, valientes dispuestos a realizar cualquier objetivo y ni siquiera durante el seco y duro estío les detendría a realizar sus hazañas. Uno de los más antiguos componentes y de los más sabios, Perruman, fue el que nos introdujo en la nueva gesta. La idea era ir apuntándose por equipos según niveles o compañero de batalla, pero uno de nuestros más rápidos guerreros estaba muy loco y se apuntó él solito, y así poder acompañar al guerrero que más lo necesite. El guerrero del que hablo es todo corazón y jamás dejaría a un compañero solo en una batalla y menos abatido. Este compañero es Jesús. 

Otro de los equipos creados en el frente es el ya conocido como “polvoroneros”. Petri, Máster y Yayo ya se han llegado a enfrentar a otras aventuras en las que salieron victoriosos de ellas. 

Uno de los tándem más conocidos es el formado por Irene y Ana Del, “las lobas salvajes” (como en un principio se iban a llamar), luchan a menudo juntas, cuando estas dos guerreras unen sus fuerzas a pesar de su menudo tamaño se crecen formando un arma invencible. Lo único que en este caso, por circunstancias de la vida, no pudo seguir adelante esta formación ya que nuestra Anita-pod tuvo que quedarse en las trincheras descansando. Pero Irene ya tenía compañero de batalla asignado, en este caso Jesús llevará a nuestra risueña luchadora a lo más alto. 

Los más grandes (no de tamaño precisamente), los más fuertes, los guerreros alfa por así decir, aquellos que se posicionarán en primera fila, decidieron luchar juntos, Rubén Yako y Nolito se están empezando a convertir en un equipo invencible, y así será en esta guerra. 

El último equipo, pero nunca el menos importante, fue el formado por los más locos, quizás los menos preparados en este tipo de batallas, pero sin duda aquellos con el coraje formado a base de esfuerzo, sacrificio y pasión, pasión por realizar nuevos retos, ganas de afrontar nuevos combates y dispuestos a dejar lágrimas, sudor y sangre si es necesario, pero nunca una carrera a medias. Este equipo llamado “amosnomjodas22” será formado por Antonio García (perru) y servidora (María Miguel). 

De manera individual se acabaron incluyendo más compañeros para fortaecer algunos equipos, como es el caso de Leti, nuestra guerrera diamante en bruto, que va a sorprender y mucho, uniéndose a los polvoroneros, y María Bloom, sin haber podido entrenar con la manada en todo el verano decidió afrontar una batalla de estas magnitudes solo por seguir manteniendo la llama en su corazón. 

Formados los equipos, ya que nunca lucharía un guerrero solo, es el momento de preparar el campamento base, y nunca mejor dicho, la noche de antes la pasaríamos en el camping de los “perrus” en el pantano del Rosarito, en él teníamos de todo lo que pudiésemos necesitar, agua caliente, comida, aseos, colchones, cachondeo… uy perdón esto último no iba, y compañía de algunos peludos siempre dispuestos a recibir mimos, Ava, Lía y Amorak, creo que al final siempre nos tranquiliza tener un peluche al que achuchar. 

CAPÍTULO 2: SALIDA Y LLEGADA AL CAMPAMENTO BASE

Mientras que Perru y Petri salieron un día antes en parte para organizar un poco todo, en parte para que no les pestoseemos mucho y tener algo de falsas vacaciones, el resto partimos en dos coches. El primer coche estaba integrado por Jesús, Máster, Yayo y yo. El viaje se hizo rápido, quizás por las ganas de comenzar la gesta, quizás porque alguno se hacía pis, pero nada más llegar al camping, vimos la barrera levantada, nos preguntábamos que deberíamos hacer ya que nuestros compañeros estaban recogiendo los dorsales, por lo que decidimos pasar tranquilamente saludando como si fuéramos la reina de Inglaterra, y como no sabíamos donde era, estaba fácil la parada, al bar, en cuanto nos bajamos vemos como dos furias se dirigen hacia nosotros, sin tener tiempo si quiera para sacar las lanzas se nos encaran diciendo que nos hemos colado, que no hemos parado en el stop, y que bla bla, puede ser, pero si hemos saludado y todo, y no había nadie en el puesto de control! Tras debatir y procurar no mostrar mucho nuestra geta habitual, pasamos por el control para identificarnos. Qué ilusos! se iban a cansar de nosotros, sobre todo por la noche cuando hubiese que guardar silencio. Al fin, nos juntamos con la pareja anfitriona y decidimos dejar las bolsas y dar un paseo para divisar aquello que nos espera al día siguiente, y esperar así a nuestros compañeros. Puesto que no llegaban, había que hacer tiempo, con un refrigerio, y dos… y tres…y… mientras un poco de postureo con las vestimentas entregadas.




Tras llegar el grupo número dos, Nolito, Rubén Yako, Irene y Bloomi, nos disponemos a cenar, no sin antes ver el habitáculo de descanso, paz y relax, los coooojoneeesssss, todos los colchones hinchados y Yayo haciendo el mal tirándonos a todos, y Nolito, que también llevaba mucho sin hacer de las suyas. No sin antes descubrir porque no se hinchaba el colchón de Petri, quizás por tener la boquilla cerrada, lapsus habituales, 



Degustamos algunas de las ricas viandas, y unos macarrones carbonara hechos por Petruski, al punto de sal, sal como para secar un pantano, pero se calmó el resquemor con los isotónicos nocturnos y algún digestivo que otro. Llega el momento de ir a dormir, importantísimo el descanso del guerrero, o eso dicen, pero posiblemente como mucho dormimos tres horas. Entre que te tiro, que te saco de la caseta con edredón incluido, que me río, que qué suena, que vaya silencio, que la vieja del visillo a lo rastafari en la cortinilla, que písalo písalo, y ahora me río, y ahora la linternita de los… por cierto, se descubrió que algunos tienen una risa maléfica acojonante, y no quiero dar nombres. Al final el sueño empezó a caer sobre las dos. Sin contar los contratiempos de Ava comiéndose la tienda. Y el rescate de una rana chorreante por Irene. Por suerte no hubo rodillos ni bajas a causa de ello…

CAPÍTULO 3: LA GRAN BATALLA

Suena el despertador a las 6:30, hora acordada aunque algunos no lo creyeran, pero se pudo remolonear hasta las 7 fácilmente. Empieza el movimiento, ya sí, es el gran día y se va notando porque las bromas disminuyen, mientras algunos nos íbamos arreglando otros iban preparando el desayuno, uno de campeones, de guerreros, de luchadores, tostadas de pan, de bimbo, bizcocho, croissant, fruta, zumos, café, leche, embutidos, quesos, aceite, y un poco más y hasta cochinillo, porque no nos dio por salir a cazar que si no… al acabar comenzamos a llenar las mochilas con lo necesario, algunos geles, sales, agua, cremas, móviles con la cámara lista, machetes, linternas, bocadillo de jamón, bueno en realidad todo no, que cada uno le dé a la imaginación. Listos para dirigirnos hacia Candelada, donde se disputaría la carrera. El silencio nos iba atrapando, y las ganas de llegar, allí nos encontraríamos con nuestra compañera Leti, aunque fue difícil encontrarla ya que la carbona se niega a ir de naranja, que agggco nos tiene (que nooo… es broma, es un poco flojilla que no se quiere hacer una camiseta nada más). Todos juntos hasta la salida, aparcamos, las chicas marcamos territorio donde los coches y algún chico también, caminamos pensativos, sonrientes y ya nerviosos, y algunos practicando los saltos de cabra. 



Como no, fotos del equipo unido antes de separarse, un poco de postureo en el photocall, otro poco de postureo porque sí, y ya sí, esto empieza chicos, suerte, ánimo y ya lo dijo un cubano, “subilll y bajalll, todo muy estrambólico”. 3, 2, 1… con la canción de juego de tronos de fondo comenzamos los primeros pasos, y algunos vamos viendo como se alejan los compañeros, os veremos a la vuelta. 


El perfil ya lo decía todo subida y se supone que luego todo bajada, nuestro equipo ganador, “por la manada” compuesto por los Rubenes, se alejan a buen ritmo para ir cogiendo posiciones, cubriendo el frente. Y cubriendo sus espaldas el batallón de combate por casi todos los integrantes menos aquellos que nos quedamos en la retaguardia. Siempre digo que alguien tiene que velar por que todos lleguen sanos y salvos, y me gusta comprobar que no quedan cadáveres. Jeje. 

La subida
Por las experiencias contadas por los compañeros, la subida fue muy jodida, ahí es donde se fue marcando claramente los tres grupos en los que se dividía la manada. Incluso algunos sufrieron más de la cuenta, quien lo diría que Duga iba a ser un quejica con tanto “jodeeer…” y “joooderrrr” pero tenía a Nolito para tirar de él, y tal cual dijo, si fuese necesario para cargárselo a la espalda. Aunque no fue necesario ya que coronaron rápidamente y pudieron respirar y reponerse. Un momento débil lo puede tener cualquiera, pero más bien no fue debilidad, ya que Duga va sobrado, si no quizás por ver que podía frenar un poco a su compañero y eso le daba vueltas en la cabeza, aunque acto seguido demostró que podía seguir la estela de su compañero luchando mano a mano. 
El segundo grupo subió como rebaño por el prao’. Un buen grupos de tiki tisis marchando hacia la cima, incluso realizando llamadas ¿verdad Jesús? Recuerdo al Perru diciendo: “¿pero que estáis hablando por teléfono? La madre que os parió”. Y tus compañeros respondiendo a las preguntas que hacías. ¿Cómo vais, estáis todos bien, que tal el ritmo? Inocentes, si en realidad preguntabas a tu Maruchi (corazones, corazones). 
El tercer grupo, Perru, Bloom y yo, llevábamos buen ritmo, o así lo creí yo, me vi muy bien en la subida, de hecho mejor de lo que pensaba e iba delante marcando ritmo. Incluso me pude permitir tallar un palo de apoyo para convertir a Maria en Gandalf. Además, ya contábamos con la escolta de la caballería. 



Lo bueno del recorrido era la cantidad de fuentes naturales que había, agua que se podía beber y casi en la que te podías sumergir. 



Una vez coronada la cima, había que coger aire, muchos pensábamos que ya estaba hecho, que solo quedaba bajar, incluso que llegábamos al queso que daban a las 13horas, ilusos… Y por supuesto, había que plasmar el momento. Algunos exhaustos pero siempre juntos.


La bajada.
Llegaba lo divertido, se suponía que correr, pero cual es la sorpresa cuando nos encontramos que la bajada es casi más difícil que la subida, Nolito se planteó el llamarnos para cambiar el recorrido y desviarnos por el de 14km, me llegas a llamar para eso y te tiro el móvil nada más verte. La pareja de oro comenzó a disfrutar como saben, corriendo, despeñándose, saltando sin mirar donde pisaban, así pasó, que alguno comprobó el sabor de Candelada, pero nada que pudiera detenerles. Bajaban casi flotando, apostaría que algún metro que otro volando porque no es posible que realizaran los 22km en 2horas y 45 minutos. Y como tenía que suceder, llevaban la fuerza de toda la manada en el nombre, el equipo “por la manada” quedó segundo por equipos. Aunque el mejor premio que han podido recibir apostaría que es el conocerse, y juntarse dos cabras que disfrutan de la misma manera, correr unidos solo puede darles más fuerza aun, y creo que solo es el comienzo para esta pareja. 



El segundo grupo de combate, fue cubriendo varios frentes, puesto que Irene y Jesús se pusieron a trotar un poco más adelantando posiciones y digamos que allanando el terreno ¿verdad Irene? Para ella, esta carrera no solo servía como disfrute, sino también como puesta a punto para otro gran reto, la Madrid-Segovia, a la que se enfrentará en un par de semanas, de ahí el apoyo incondicional de Jesús, estoy segura que durante todo el camino le fue dando consejos, apoyo y sobretodo energía. Mi Jesús es así, te puede hacer creer que eres un dragón con solo ser una lagartija, aunque Irene lo es, tiene una fuerza interior que ella aun desconoce, y en parte mejor así, precavida, pero sin duda debe confiar en todo el potencial que tiene, no basta con que lo creamos sus compañeros, debe ver todo lo que ha conseguido por ella misma, y lo que le queda por alcanzar. 

Un poco más atrás y más tranquis, los polvoroneros con la adoptada de azul, aunque sin parar el ritmo, las caras de la llegada, y los comentarios transmiten todo lo que han disfrutado. Aunque creo que a Leti le supo a poco, ya que se fue corriendo hacia el coche, y acto seguido hacia Toledo, o es porque tenía que trabajar no se muy bien, pero vamos, la adoptada quedó tercera en su categoría, luchó y venció. 



Cerrando la “bajada” íbamos los tres pajes de los reyes, o así parecía ya que nos seguían los voluntarios a caballo, pongo lo de bajada entre comillas, ya que fue muy técnica, demasiadas piedras sueltas, ni rastro de caminos en ocasiones, había que estar atravesando por… donde se pudiese, saltando o mini escalando, encima bajando por una pendiente inclinada, pero sin duda, precioso, y divertido. Pero los dolores, tirones y lesiones empezaron a aparecer. Sigo diciendo que la bajada fue mucho más complicada que la subida, aunque creo que volveríamos todos de cabeza. Había una cuesta de la que ninguno teníamos conocimiento, de 700metros con una pendiente, acojonante, de esas que te destrozan hasta el alma, notaba como el corazón ya era imposible de controlar, si paraba en ese instante a reposar quizás el cuerpo se endurecería hasta petrificarse, por lo que solo quedaba seguir subiendo, mirando para comprobar que mis compañeros me seguían y llegar cuanto antes. Lo curioso de esta cuesta, fue un equipo de tres chicos que salieron un poco antes que nosotros, y nos adelantaban y se distanciaban en las bajadas, pero cada vez que había una subida, acababan viendo nuestros culitos. Para algo tienen que servir los entrenamientos que hacemos ¿no? Casi llegando al final de esta cuesta recuerdo que sonaba el teléfono, seguro que era Jesús para ver cómo íbamos, pero que hacía, lo cogía a pesar de que me estaba terminando de morir, o lo dejaba sonar hasta llegar arriba y que se preocuparan? Pues nada, teléfono en mano y… ¿sí? Todo bien, acabando la mierda cuesta y recibiendo grandes noticias, ellos ya habían llegado y ahí nos cuentan que nuestra pareja de chicos habían hecho podium, se lo grito a los compañeros mientras suben para darles un poco de ánimo, de alegría ya quedaba menos y toda buena noticia da siempre un poco de fuerza. Una vez juntos seguimos avanzando. Ya había que hacer lo que sea para llegar, incluso el tonto, canciones, tallarines, bailecitos, incluso de azafata con los banderines, un minuto de distracción es un minuto menos de sufrimiento. 



Llegando a meta oíamos como la organización daba los premios, no íbamos a llegar a ver a nuestros compañeros, al menos estaban todos los demás para arroparles, luego los sorteos y acto seguido la despedida y agradecimientos, llegando a meta no obtuvimos ni un ápice de agradecimiento ni recibimiento por parte de la organización aunque pensándolo ahora en frío, tuvimos el mejor que podíamos tener, viendo la foto que hay a continuación se puede ver como la manada nos arropa, los dos Rubenes vinieron a recibirnos, y aunque no lo crean personalmente me hizo mucha ilusión, muchos kilómetros solos y ya necesitábamos caras amigas, y pasando por el arco de meta, rodeada de naranjitas, no hay nada que pueda satisfacer más que saber que los tuyos te esperan, te velan, y te quieren. 




Segundos por equipos Rubén Yako y Rubén Nolito; Tercera senior Leti; Segunda para nosotros Irene, ya que si se hubiese inscrito invidivual habría cogido cacho, y cuarta senior María Bloom. Eso demuestra que pocas mujeres se atrevieron a hacer algo que nosotras ni nos pensamos. 

Una vez reunidos en meta, tocaba desmoronarse, desplomarse, tirarse al césped, o supuestamente estirar, da igual, íbamos a tener agujetas en sitios insospechados. Pero si me tuviese que quedar con algo, sería con las caras de cada uno, todos sonriendo, con muchos recuerdos que contar, todos ansiosos por preguntar cómo se dio en este tramo o aquel. Pero sobretodo, todos orgullosos por lo que acabábamos de hacer, y encima juntos. 

Pero esto no acaba aquí…


CAPÍTULO 4: TRAS LA BATALLA
Tras la batalla, llega la calma. Había una piscina natural cerquita y allá que fuimos, estaba el agua como para hacer cubitos, pero nos vino genial para el cuerpo escombro que llevábamos muchos. Nos repusimos y comenzó el ritual, cervezas, tintos, tapas… y acto seguido vuelta al camping a finalizar con las viandas realizadas. Ricas empanadas, y pimientitos fritos por parte de los vecinos, que majos!



Tocaba cerrar un libro que guarda más recuerdos de los que expone, pero porque es imposible recoger cada sensación, cada sentimiento, aunque si tuviera que describir cuáles fueron, sin duda que al finalizar fue satisfacción, satisfacción por realizar la carrera sin problemas, por acabarla junto a un compañero o varios, por ver sonreír al resto, eso sin duda es lo que recogería con una cámara, la cara de cada de vosotros entrando en meta y unos minutos después. Sonriendo, compartiendo momentos, recordando percances y dolores, y por supuesto acordándonos de aquellos que no pudieron venir, ellos saben quienes son. Aunque prácticamente, la manada entera estuvo presente, esta carrera era muchísimo más difícil de lo habitual, el recorrido, pero seguramente habríais disfrutado igual o más. 



“Los guerreros de Gredos naranjas”.
Nolito: gran compañero, siempre tirando del resto, quitándole importancia a todo lo que consigue, para nosotros un gran premio tenerle cerca. Aunque un poco cabroncete…
Yako: luchador, sacrificio, esfuerzo, aquello que le caracteriza pero sin dejar atrás su gran corazón, eres más grande de lo que muestras, vales más de lo que crees. 
Leti: nuestra adoptada, luchadora y con mayor sacrificio que el resto quizás, viniendo de trabajar y terminando la carrera corriendo para volver. Tiene esa magia que hace especial a Mushing Toledo. 
Irene: todo amor, risueña, dulce pero fuerte, lo que tiene de inocente lo tiene de luchadora. Aquello que te plantees lo conseguirás.
Petri: mi dulce caperucita, un cachito pan (bimbo a ser posible), pero una chica dura como las rocas. 
Perru: el loco que nos metió en todo esto, pero el más fuerte de corazón, admirable su tenacidad, o cabezonería como dirían otros.
Bloomi: la más atrevida quizás, sin apenas poder entrenar de cabeza sin pensarlo, y conseguido. Enhorabuena campeona!
Yayo: mi cabra loca adorable, seguro que disfrutaste en cada momento incluso no me extrañaría que hicieses el grajo. Momentos así se echan de menos. 
Máster: a ironías difícil ganarnos, gran sabio de este tipo de carreras, si obviamos el tema correr sin plantillas claro, tus consejos siempre son bien recibidos. 
Ana: te tuvimos presente en cada momento, en la noche, en la carrera, en la meta y por supuesto en cada broma. Te esperamos para la próxima, no lo dudes. Pero siempre juntos, aunque sea con el corazón.
Jesús: tenía que dejarte para el final, me hubiese encantado correr contigo, pero esta carrera tenías que compartirla con Irene. Siempre dispuesto a ayudar, nunca te he visto hacer tu propia carrera, siempre pendiente de todos, gracias por ser así, por cuidarnos. 



Conquistadas estas tierras los guerreros descansan, se recuperan y se preparan para nuevos frentes. Cada batalla es fácil si se hace con vosotros. 
Y no puedo cerrar sin antes dejar una frase que me acompañó en algunos momentos…

“Cuando las piernas no puedan tirar más, tiraremos con el corazón”.

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